Las cosas chulas ya no molan cantidubi y en los bares de copas no se mueve el esqueleto, ahora se perrea. Hubo un tiempo en el que todo el país imitaba a Chiquito de la Calzada. Imagina ahora hablarle así a un adolescente de 15 años (quietooor!). Seguramente te diga “Ok, boomer” y tú te quedes con la misma cara que el meme del señor Burns con gorro de lana.
¿Te has fijado alguna vez cómo cambia nuestro lenguaje con el paso del tiempo? El relevo generacional trae consigo nuevas formas de ver la vida, otros valores, otras prioridades y, sobre todo, otras formas de comunicarse. La construcción de un código propio es parte de la lógica respuesta al choque generacional. ¿Ha caído tu empresa en el viejunismo?
Los Agatares tenemos claro que cada plataforma tiene sus formas de expresión diferenciada. Y, por tanto, toca manejar todos los lenguajes y códigos para poder llegar a nuestra audiencia objetiva; también para no quedarse atrás.
‘Vender’ de manera tradicional, pensando en nuestros clientes de hoy, es una vuelta atrás. Sin darte cuenta te estás dejando fuera una ‘porción del pastel’ que cada día ocupa más espacio de la tarta.
¿A que tienes un manual de identidad corporativa? (Por dios que la respuesta sea que sí 🙂 ). Pues debes plantearte en base a tu propuesta de valor, target al que te diriges y el para qué de lo que haces la creación de un Manual de Identidad Verbal de tu compañía. (En esto los avatares somos unos cracks, y no necesitamos que nos lo diga nuestra madre, que también 😉 )
¿Qué valor aporta tu marca al mundo?
Por eso, a la hora de afrontar nuestra estrategia de marketing resulta imprescindible conocer nuestra empresa, todo lo que ofrece, para sacar el máximo jugo posible cuando queramos contarle a los demás qué hacemos, cómo lo hacemos y qué nos diferencia del resto.
Valores: ¿Quiénes somos?
Parece sencillo, pero no lo es. Porque nuestra compañía puede tener clientes potenciales tanto en la generación del Baby Boom como entre los Millennials y la actual Generación Z. Cada una con unos objetivos diferentes, con unas demandas distintas, pero a las que toca atender sin excluir. Por eso, la comunicación, en manos adecuadas, debe ser una de las piedras angulares para el crecimiento de nuestro negocio.
Así, la primera carta que debe jugarse para llegar al máximo posible de audiencia pasa por el autoconocimiento, por auditar quiénes somos y qué podemos aportar al mercado. A partir de ahí, enfocar nuestro mensaje a nuestro público y adaptarlo a nuevos segmentos resultará más fácil.
Y a la hora de publicitarnos, además de cuidar mucho la imagen y la estética, el lenguaje debe estar perfectamente adaptado al destinatario. No es lo mismo publicar un post en Facebook que un vídeo en TikTok.
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