Ya lo decía el personaje de Gary Cooper en la fantástica película ‘Juan Nadie’, de Frank Capra: ¿Por qué no puede ese cálido espíritu navideño durar todo el año? Pues sí, es acercarse estas fechas y parece que todo nos invita a sacar lo mejor de nosotros mismos. La Navidad es una época de excesos en muchos aspectos, pero también trae muchas cosas positivas que como se decía en esta película podríamos mantener el resto del año. Nosotros nos vamos a centrar en cómo podemos aprovechar ese espíritu para mejorar nuestra vida laboral y nuestra creatividad.
- Planificación sí, pero no tanto: Parece como si el mundo se dividiera en estos días entre quienes tienen todos los aspectos de las fiestas perfectamente atados de antemano y los que parece que lo han dejado todo para el último momento. Pero, si nos fijamos a nuestro alrededor, ¿de verdad la gente lo tiene todo tan planificado?
Lo cierto es que la mayoría de la gente improvisa en Navidades. Y que, al final, todo sale bien. Sí, quizá no llegamos a tiempo de comprar ese ingrediente que queríamos o los adornos no quedaron tan bonitos como esperábamos. Pero todo eso se acaba olvidando y lo que queda es la interacción con los otros. No caeremos en esto tan manido de que todas las cenas de Nochebuena sean plácidas, pero al final es el elemento humano el que hace que el momento sea memorable, el esfuerzo conjunto y no la planificación.
- El elemento sorpresa: ¿Qué tienen en común, por lo general, todos los regalos de Navidad? Que van envueltos, efectivamente. El elemento sorpresa, el no saber qué nos deparará el árbol de Navidad es uno de los ingredientes básicos de estas fechas y esto es algo que sabemos desde que escribimos las cartas a los Reyes de pequeños.
Es ese elemento sorpresa el que quizá más tenemos que cuidar en nuestros previsibles día a día. Preparar cosas que sorprendan al resto (y, por qué no, a nosotros mismos) y ser capaces de huir de la monotonía es un regalo que deberíamos hacernos más a menudo. La ilusión viene de esperar lo desconocido.
- Las relaciones personales: En esta época de redes sociales hace ya mucho que las felicitaciones de Navidad y Año Nuevo se han convertido en un asunto meramente tecnológico. Sí, los SMS empezaron a darle la puntilla al tradicional christmas pero sin duda las app de mensajería y las redes sociales son las que lo han terminado de relegar.
No entraremos aquí a criticar la frialdad de la redes, pero sí haremos una reflexión: de la gente con la que hablas y te relacionas al cabo del día, ¿cuántas están presentes y cuántas vemos por una pantalla? Quizá esta necesidad de conexión que sentimos en estas fiestas nos tenga que llevar a cambiar nuestros hábitos para ser más felices.
- Solidaridad: La solidaridad por lo general es algo que acaba estando reservado al área personal y privada, pero lo cierto es que es un valor que debería implantarse también en las empresas. El trabajo en equipo parece haber dejado paso en muchos casos a grupos de personas que trabajan por su cuenta, sin una visión de equipo. Debemos aprender a ser solidarios también en nuestro trabajo diario, porque es la única manera de que sea realmente un trabajo conjunto. Y solo de este modo puede florecer la creatividad, con la interacción de diferentes visiones y enfoques.
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