En estos días Tik Tok ha estado en boca de todos. Para quien no conozca este servicio, es una de las últimas sensaciones en las redes, especialmente entre un público muy joven. Los adolescentes son los grandes usuarios de este servicio que se basa en compartir vídeos muy cortos, generalmente de contenido humorístico. Parece inocuo ¿verdad? Pues la crisis que hay detrás afecta de lleno al modelo de las empresas digitales. En Ágatar os explicamos por qué.
La polémica surgía cuando el presidente Donald Trump, dentro de su habitual mano dura con la otra gran potencia mundial, China, decidía prohibir el uso de esta aplicación en Estados Unidos. Para mucha gente ese movimiento se habrá quedado solo en una muestra más de las maneras del mandatario estadounidense. Una excentricidad más. Pero si examinamos sus motivos vemos que habla de espionaje. De seguridad nacional. ¿Es para tanto?
Realmente, de lo que acusaba Trump a Tik Tok es de lo mismo que hace Facebook a diario con nuestros datos. O Twitter. O Google. Almacenar una gran cantidad de información sobre nuestra ubicación, gustos, preferencias,… ¿Se imaginan que en España prohibiéramos actuar a todas estas grandes compañías basándonos en el problema de seguridad que supone que una empresa extranjera conozca tanto sobre nuestros ciudadanos?
Visto así, digamos que Trump, aunque esta no fuera su intención, ha puesto el dedo en la llaga. Para él el problema se acaba si los datos recopilados por la empresa china se quedan en Estados Unidos. Pero el debate que se abre es que las grandes compañías de Internet saben cada vez más de nosotros. Y en teoría usan esos datos solo para vendernos productos y servicios. Pero, ¿es realmente así? Esto tiene efecto en frentes distintos:
- Influencia política: El escándalo de Cambridge Analitica, aquella empresa que jugó con las expectativas políticas de los usuarios para influir en distintas elecciones, solo es el más conocido de estos casos. La influencia de otros países en procesos electorales salta cada cierto tiempo a los titulares de las noticias y nos recuerda que las campañas de publicidad se pueden hacer sobre personas que tienen determinados gustos o tendencias.
- Ética: Cuando George Orwell imaginó el Gran Hermano lo vio como una imposición de un poder totalitario. ¿Cómo si no podría alguien tener tantos datos de lo que hacemos en el día a día? Sin embargo, la respuesta que ha dado la historia viene de algo tan cotidiano como la comodidad. Nos gusta recibir ciertos servicios y no nos importa que eso implique dejar muchos datos sobre nosotros.
Por todo ello, este asunto de Tik Tok ha venido realmente a tocar en el asunto más clave y espinoso de toda la economía digital. En el uso de los datos, quién accede a ellos y para qué, está la gran clave del futuro. Tendrá que ser la legislación, pero también la transparencia de las empresas y la responsabilidad corporativa las que marquen el camino a seguir.
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